Los avances
tecnológicos están llegando a límites sorprendentes. Cada vez nos
acercamos más a a ciencia ficción. Un claro ejemplo de ello son
estos objetivos que los científicos luchan por conseguir y que por
increíble que parezca, son posibles, y cada vez falta menos para que
dejen de ser ciencia ficción.
La
Capa Invisible
En Estados Unidos un grupo de científicos de la Universidad de California, se encuentran trabajando en un material que puede desviar la luz alrededor de objetos tridimensionales, haciéndolos invisibles.
Este
material no es generado de una manera natural: se trata de un
“metamaterial” que ha sido creado a escala minúscula, medida en
mil millonésimas de centímetro. Hasta el momento sólo se había
logrado hacer desaparecer a superficies finas, de dos centímetros.
El equipo
cree que un día no muy lejano, esos principios podrían ser
aplicados a una escala lo suficientemente grande como para crear
“mantas de invisibilidad” para cubrir a una persona u objetos de
mayor tamaño como aviones o vehículos de combate.
Como la luz no es absorbida por el objeto o
reflejada en él, una persona sólo puede ver la luz de detrás del
objeto, haciendo que éste se torne invisible. Este nuevo material
tiene propiedades de refracción negativa, y tiene una estructura de
red que es transparente en un amplio espectro de longitudes de onda
de luz. Grafeno, el material del futuro
El grafeno es un material biodimensional que cuenta con sólo un átomo de grosor. Su estructura laminar plana de grafito está compuesta de átomos de carbono que forman una red hexagonal. Elsa Prada, investigadora del Instituto de Ciencia de Materiales del CSIC, destaca que es la membrana más fina creada hasta el momento.
Su apariencia puede parecer frágil y delicada ya que a simple
vista el grafeno es como una tela transparente y flexible.
Sin embargo, se trata de un material extremadamente
resistente que además sirve de conductor de la
electricidad.
Las aplicaciones del grafeno aún estar por determinar aunque
algunos expertos ya apuntan sus usos en el campo electrónico
–dadas sus extraordinarias propiedades conductoras y
semiconductoras–, la futura construcción
de ascensores espaciales, pasando por la
fabricación de corazas humanas de seguridad (un chaleco antibalas,
por ejemplo).
Uno de los campos donde el material parece ser más
prometedor es en la industria de semiconductores.
Este sector tiene la intención de construir ordenadores mucho más
rápidos que los de hoy en día gracias al desarrollo de
microprocesadores con transistores de grafeno.
Un científico ruso propone...¡¡¡Un ascensor a la Luna!!!
El científico del Instituto de Astronomía ruso, Alexander Bagrov, ha propuesto crear un elevador por cable fabricado con nanotubos de carbono que permita transportar carga desde la Tierra a la Luna. A su juicio, "esta es la única variante viable a las naves espaciales" para abaratar el coste del transporte.
Bragov ha explicado que el transporte de carga de la
Luna hasta la Tierra es un "asunto clave" para la
explotación de los recursos naturales en el subsuelo y podría
realizarse mediante un elevador espacial fabricado con ayuda de
nanotecnologías.
"Se podría tender un elevador por cable desde
la Luna hasta la Tierra de 400.000 kilómetros. Lo importante es que
el elevador no llegue hasta la superficie, sino que quede suspendido
a una altura de 50 kilómetros", ha señalado Bagrov durante un
ciclo de conferencias sobre cosmonáutica.
Al explicar detalles de su propuesta, Bagrov ha dicho
que para elevar o bajar el ascensor, se debe crear un cable de
características excepcionales, es decir, extremadamente ligero y al
mismo tiempo mucho más resistente que el acero. A juicio del
científico, ese cable puede ser fabricado con nanotubos de carbono
de apenas un milímetro de diámetro, que por su enorme longitud
tendría un peso aproximado de 20 toneladas.
Sobre el proceso, ha indicado que, "para
transportar la carga desde la Tierra hasta el elevador se pueden
utilizar cohetes ligeros, mientras que la carga que venga desde la
Luna se puede lanzar en paracaídas".
"Así los equipos automatizados de extracción
de minerales, vehículos y las bases para cosmonautas serían
transportadas desde la Tierra hasta el elevador en órbita con
cohetes convencionales, y desde allí mediante el ascensor hasta la
Luna", ha apuntado.
Los cálculos citados por el experto indican que el
elevador propiamente dicho podrá transportar cargas de hasta cinco
toneladas y que la duración de una partida de carga en una dirección
puede durar hasta un mes o menos.
En cuanto a los problemas tecnológicos de su
proyecto, Bagrov ha señalado que antes que todo, la ciencia debe
desarrollar la tecnología para unir o tejer las nanofibras de
carbono a nivel industrial para obtener cables ultra delgados y de
varios centenares de miles de kilómetros de longitud, que, al unirse
alcancen los 400.000 kilómetros.
Del mismo modo, el científico ha resaltado la
necesidad de crear un recubrimiento superconductor de ultra altas
temperaturas que envolverá el cable para el elevador
Ordenadores
biológicos
En una investigación que ha costado cinco años de trabajo y que
inaugura un nuevo campo científico, dos equipos de la Universitat
Pompeu Fabra (UPF) han creado una computadora
biológica.
Su objetivo no es sustituir los chips por células para
llegar a hacer lo mismo que un ordenador convencional. Para procesar
textos, retocar fotos o conectarse a internet, “ya tenemos una
tecnología que funciona, no tendría sentido crear otra tecnología
más compleja para hacer lo mismo”, explica Ricard Solé,
director de la parte teórica de la investigación.
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